lunes, 10 de enero de 2011

002.1** SANTIAGO SIERRA Y SU RECHAZO DEL PREMIO NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS 2010


Se me hace evidente, que se lo tienen bien merecido.

Me refiero a la bofetada que ha supuesto para el Gobierno el rechazo del Premio Nacional de Artes Plástica, por parte de Santiago Sierra, quién termina la carta de renuncia, dirigida personalmente a la Ministra de Cultura, con la consabida alocución de ¡Salud y Libertad!, tan cara a los que viven aún de los residuos del marxismo-leninismo.

Porque Santiago Sierra es el caso arquetípico de este tipo de personas que descubre en la mitología marxista y en sus camarillas, -que tienen tendida su red de influencia a través del mundo entero, sobre todo en los ámbitos oficiales en donde se manejan los presupuestos públicos para la cultura, es decir, en donde se gasta, sin control, el dinero de todos los contribuyentes-, descubre, como digo, un filón inagotable para hacer dinero sin límites y con el mínimo esfuerzo posible. No es el único.

Santiago Sierra, (Madrid, 1966), licenciado en Bellas Artes y residiendo en Méjico desde 1995, ha consolidado un nombre con extensión internacional. En sus producciones juega con la fotografía, el vídeo, la música, con elementos o cosas de uso cotidiano con los que arma su “acciones” y “performances”, en las que, según dicen él y sus valedores, “nos invita a una profunda reflexión sobre el mundo que nos rodea”. Es decir, sus creaciones entran de pleno dentro de lo que hoy se denomina Arte Conceptual, que poco o nada tiene que ver con las Artes Plásticas. Error fundamental, posiblemente consciente, de quienes concedieron este premio, representando, una vez más, la ceremonia de la confusión, uniendo ambos conceptos, "conceptual" y "plástico", con lo que el observador no avisado, entra en el juego de llamar arte plástico a algo, repito, que poco o nada tiene que ver con él.

Basado en estas ideas, el Jurado le concedió el galardón “por su obra crítica, que reflexiona sobre la explotación y la exclusión de las personas y genera un debate sobre las estructuras del poder, tal y como se manifiesta en sus diversos proyectos desarrollados a lo lago de dos décadas”. ¿Pero, cómo valoran  los elementos plásticos, estéticos y miméticos de la obra de Sierra? Nada dicen sobre ellos, porque nada pueden decir.

En definitiva, el premio se concedió por razones puramente ideológicas y políticas. Por eso, se tienen bien merecido el rechazo, porque entre ellos anda el juego. Ya que bastante tuvo Sierra que aguantar de sus mentores y correligionarios, cuando colaboró con el gobierno español de turno, presentado un trabajo en la Bienal de Venecia, que estuvo a punto de costarle parte de su alto prestigio entre esas camarillas poderosas, de las que vive holgadísimamente.

No iba esta vez, por la miserable cifra de treinta mil euros, a jugarse la posibilidad de montar algún número, por el que cobrará cifras que superen en diez veces la cuantía con la que está dotado el premio que rechaza.

Vean la obra de “arte plástico”, que presentó en la mencionada Bienal: Tras un biombo, -que para traspasarlo había que presentar en D.N.I. español-, el “afortunado” que lo conseguía se encontraba con desechos de obra, una taza de retrete, botes vacíos y mucha suciedad. ¿Quién se atreve a decir que esto es arte? Sólo aquellos que han hecho de ello una mitología, basada en teorías que, cada vez con más claridad, se están manifestando como erróneas, ya que están llevando al concepto arte a un callejón sin salida, en el que el hecho cotidiano de lavarse los dientes puede llegar a ser reputado como obra arte.

Esperemos que, poco a poco, se vaya imponiendo el sentido común.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por el estreno de tu blog.
    Espero que tengas un montón de seguidores dispuestos a enriquecer con sus comentarios tus posts.

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