martes, 4 de febrero de 2014

095.02* CORO LÓPEZ IZQUIERDO ANSORENA GALERÍA DE ARTE. Alcalá, 52. Madrid



A Coro López Izquierdo le fascina lo antiguo, lo cargado de días y manchado por los años y por la acción vivencial del hombre, presente en sus cuadros a través de sus señales.

A esta artista de la plástica y de la arquitectura le subyugan los edificios vetustos, signados por  la herrumbre en cierres y herrajes, y por el verdín, con que los crepúsculos y las auroras han festoneado las fachadas y los patios.


Le seducen las paredes estigmatizadas por carteles y por el primitivo afán del hombre por dejar las huellas de su presencia. Y sobre todo, es una enamorada del color y de los colores en toda la gama. En sus cuadros hay luz, clara, pero crepuscular, que recluye a los colores en el espectro tonal de los grises. Es el vértigo de la melancolía

Siendo esto así, a nadie puede extrañar que los motivos de sus cuadros sean viejas casas o caserones viejos, de viejos barrios, de viejas poblaciones, que proclaman vísperas de ruina, porque, como arquitecto lleva en su mente la geometría euclidiana de los que son sus objetos profesionales: los edificios, sus perspectivas y sus funciones.

Pero como artista elige de aquellos, lo planos y los detalles que más la emociona, que más le sugieren y que más le permiten  llevar al lienzo el ideal que insistentemente germina en su pensamiento.

Son óleos de un gran realismo, siempre pasado por la imaginación y el sentimiento, -como por otra parte es propio de todo buen pintor figurativo-, realismo que se ve elongado por el sabio empleo del collage, consiguiendo cuadro de un gran efecto estético, dentro una poética claramente definida por la autora.

La obra pictórica de Coro López es sólida y homogénea, y supera holgadamente cualquier expectatíva que de ella se pueda tener: Cuadro a cuadro, el espectador se ve atrapado por el ambiente decadente y desolado de la escena, en la que siempre hay un hálito de vida humana, aunque ésta solo sea percibida por el rastro que el hombre dejó a su paso.

El gran dominio de la técnica pictórica desarrollada por la artista, puede llevar, al contemplar las obras agrupadas, a tener la sensación de que la artista desarrolla una cierta afectación formal, que hasta el presente es más virtud que sombra.


Queremos destacar la obra de grandes dimensiones, titulada “Bicicletas en Berlin”, realizada en técnica mixta de fotografía impresa sobre lienzo y óleo, que impresiona por su enorme efecto estético, su capacidad de crear sensaciones y emociones de muy diversa índole, y que sigue la línea argumental de la diégesis de esta artista y de su poética, al tiempo que explora nuevos caminos formales y expresivos. Habrá que estar atentos

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