lunes, 9 de junio de 2014

101.06* VÍCTOR SOLER. LO QUE EL CINE NO ME CONTÓ. GALERÍA KREISLER. Hermosilla, 8. Madrid





Víctor Soler, (Castellón, 1971), es, por solercia y vocación, ilustrador. Así se titula, se presenta y ejerce como “free lance” en su propio estudio de ilustración.

Además es un fanático del cine, para cuya industria ha trabajado, como dibujante animador de películas para la Warner y para la Disney, pero ahora las dibuja y pinta, presentando, en esta exposición, diez escenas imaginadas y ficticias de diez históricos filmes, en dioramas enormes, -de ochenta centímetros por dos metros-, mimetizando la pantalla panorámica.


Soler, que es un virtuoso del dibujo y del arte de la pintura; escrupuloso y cuidadoso en su ejecución técnica y formal, nos muestra un variado panel de obras realizadas siguiendo distintos paradigmas: desde las que discurren por lineales dibujos en blanco y negro, a aquellas en las que el color no deja resquicio, presentando entre todas una amplia gama de códigos estilísticos, que van desde las que son trasunto del comic más clásico a las realizadas con técnicas de la tradicional y académica ilustración. Son escenas de “aquello que el cine no le supo o no le pudo contar”, como Rubén Arribas expresa en el catálogo de la exposición, -pieza por si misma muy valiosa-.

Dicen, en el mismo, Cristina Durán y Miguel A. Giner, en juicio certero, -comentando el cuadro dedicado a la película de “El Padrino”-, que “es como si Víctor hubiera podido acceder a las escenas que se quedaron fuera del montaje y hubiera captado la esencia de la película”. Por su parte, el humorista gráfico, Ángel Idígoras, analizando el cuadro dedicado a “Con faldas y a lo loco” señala que “Víctor ha pintado el cine, la alegría y el amor a la vida”.

Paco Roca, autor de novelas gráficas, en fin, sintetiza y define el trabajo de Víctor Soler, escribiendo: “Me encanta su trabajo por esa forma delicada y elegante que tiene de tratar las ilustraciones. La elección del color, la composición… Pero, sobre todo, la mirada tan personal de sus dibujos. Esta ilustración de “Blade Runner”, que ha hecho, sintetiza todo lo que esta película es”.


Sirva este reducido repertorio de textos, para focalizar el alto valor plástico y estético de esta exposición, que nos muestra a un artista, cuya trayectoria personal nos trae a la memoria el periplo vital que siguió otro ilustrador, que ha pasado a ser una personalidad representativa de la pintura norteamericana del pasado siglo. Nos referimos, claro está, a Edward Hopper, salvando, obviamente, las grandes diferencias estilísticas.

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