lunes, 27 de abril de 2015

122.04** ISABEL TAMAYO Y JOSÉ MARÍA SORIA. GALERIA DE ARTE ORFILA. Orfila, 3. Madrid



















Isabel Tamayo, (Madrid, 1963) y José María Soria, (Navarra, 1964), o José María e Isabel, que tanto monta, son dos artistas que han unido sus destinos artísticos en una  “comanditaria” en lo referido a la investigación de procedimientos y técnicas pictóricas, con lo que han llegado a compartir un lenguaje expresivo común, si bien conservando y presentando, cada uno de ellos, sus propias personalidades y potencialidades creativas.


Ambos licenciados en Bellas Artes, Soria por la Universidad del País Vasco y ella, Tamayo, por la Universidad Complutense, iniciaron esta colaboración en 2009, desde entonces han realizado siete exposiciones conjuntamente.

Desde los orígenes de la fotografía, la corriente pictorialista persiguió, y sus  consecuentes actuales persiguen, dotar a la fotografía de los mismos elementos plásticos, que el pintor otorga a sus cuadros, para obtener en ambos casos similar valor artístico. Dicho en palabras más sencillas: hacer fotografía artística, en el lenguaje del común.

De otra parte, desde el alemán Gerhard Richter y el belga Luc Tuymans, el pintor reproduce en el lienzo, a escala distinta, con técnicas propias de la pintura, todo o parte de una fotografía elegida, intentando mimetizar la imagen en ella captada, con los aportes personales con que el artista quiera manipular de alguna forma tal imagen.

Pero faltaba un paso más, cual es el de imprimir fotografías, mediante transferencia, a distintos soportes y mayores escalas e intervenirlas con grafitos y técnicas mixtas, para así transformar el motivo inicial, desdibujándolo o deformándolo, consiguiendo de esta forma la cota de expresividad, gestualidad y dramatismo, que el artista pretende. Es decir, es un neo-pictorialismo, pero realizado sobre positivos transferidos a soportes distintos a los tradicionalmente empleados por la fotografía.

Este el caso de estos dos artistas que consiguen dotar a sus obras de la poética de lo misterioso y arcano, con imágenes fronteras a lo delusorio, pero destacando aquellos aspectos de la imagen, con la que el artista quiere interpelar y emocionar al espectador.


Interesante línea estilística de la pintura, llamada a ser desarrollada, intensiva y extensivamente por los pintores de esta postmodernidad, como una de las aportaciones genuinas de este periodo de la historia del arte plástico.

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