Ambos licenciados en Bellas
Artes, Soria por la Universidad del País Vasco y ella, Tamayo, por la
Universidad Complutense, iniciaron esta colaboración en 2009, desde entonces
han realizado siete exposiciones conjuntamente.
Desde los orígenes de la fotografía,
la corriente pictorialista persiguió, y sus consecuentes actuales persiguen, dotar a la
fotografía de los mismos elementos plásticos, que el pintor otorga a sus
cuadros, para obtener en ambos casos similar valor artístico. Dicho en palabras
más sencillas: hacer fotografía artística, en el lenguaje del común.
De otra parte, desde el alemán
Gerhard Richter y el belga Luc Tuymans, el pintor reproduce en el lienzo, a
escala distinta, con técnicas propias de la pintura, todo o parte de una
fotografía elegida, intentando mimetizar la imagen en ella captada, con los
aportes personales con que el artista quiera manipular de alguna forma tal
imagen.
Pero faltaba un paso más, cual es
el de imprimir fotografías, mediante transferencia, a distintos soportes y
mayores escalas e intervenirlas con grafitos y técnicas mixtas, para así
transformar el motivo inicial, desdibujándolo o deformándolo, consiguiendo de
esta forma la cota de expresividad, gestualidad y dramatismo, que el artista
pretende. Es decir, es un neo-pictorialismo, pero realizado sobre positivos
transferidos a soportes distintos a los tradicionalmente empleados por la
fotografía.
Este el caso de estos dos
artistas que consiguen dotar a sus obras de la poética de lo misterioso y
arcano, con imágenes fronteras a lo delusorio, pero destacando aquellos
aspectos de la imagen, con la que el artista quiere interpelar y emocionar al
espectador.
Interesante línea estilística de
la pintura, llamada a ser desarrollada, intensiva y extensivamente por los
pintores de esta postmodernidad, como una de las aportaciones genuinas de este
periodo de la historia del arte plástico.
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