miércoles, 22 de noviembre de 2017

171.11* SERGIO SANZ . LUGARES . GALERÍA MARLBOROUGH. Orfila, 5. Madrid





El pintor Sergio Sanz, (Santander, 1964), nacido al arte de la mano de Gordillo, Valdés, Villalba, Arroyo, Fraile, Casamada, Pérez Villalta y Amat, artistas relevantes de la “Nueva Figuración Madrileña” con los que coincidió en el Círculo de Bellas Artes capitalino, durante el cuatrienio 1983-1986 en plena apoteosis de la contracultural holocracia artística, conocida como “La movida madrileña”.


Ese mundo contradictorio, al tiempo liberador y opresivo por la fuerza de las pasiones desbordadas, fue el yunque sobre el que se forjó la solercia y la personalidad artísticas de Sergio Sanz, que, como otros, se resistió a caer en el apremiante utopismo de la adhesión incondicional a las propuestas más novedosas, provocadoras y transgresoras posible y prefirió ser fiel a la tradición, que le aportaban, por ejemplo, un Pérez Villanta, eslabón que le permitía la unión a la nueva figuración madrileña ya consolidada.

Consecuentemente, no es casual que en la totalidad de la obra de Sergio Sanz se manifieste una figuración simbolista, plasmada en escenas enigmáticas, que con cierta frecuencia se articulan dentro de los territorios del surrealismo de Magritte o Chirico.

Así, en efecto, en etapas anteriores de su periplo creativo, sus cuadros están poblados de personajes inquietantes que habitan universos enigmáticos y sombríos. Sumidos en escenas cargadas de referentes literarios y musicales, que dan a las composiciones significados que trascienden a la simple entidad figurativa de las imágenes.

En “Lugares”, la minuciosidad de la pincelada y la perfección del acabado de sus cuadros son muestras de un trabajo profundo de investigación y consecuencia de una tenaz y muy elaborada ejecución de los mismos,  que son resultado de la exploración de un camino diferente, en el que la figura humana está prácticamente desaparecida y la temática social ha sido sustituida por  paisajes y lugares solitarios, que se perciben con la apariencia de estar velados por un fulgor selenita, como ensoñaciones del duermevela.

Con la inteligente y personal aplicación de los principios del divisionismo cromático a la realización de sus creaciones pictóricas, Sergio Sanz alcanza una representación analítica y objetiva de las imágenes y la realización de una pintura “ideista”, como la que definió Grubicy, en sintonía con las ideas simbolistas que el artista persigue en sus lienzos

La técnica pictórica que Sergio Sanz aplica a sus cuadros, es lene en su consistencia matérica, pero potente en su expresividad sugerente y sugestiva, que evoca lo mistérico y lo mántrico. 

Su personal técnica divisionista, le permite  transformar la realidad objetiva mediante el manejo de la luminosidad. De esta forma el artista llega a plasmar una figuración que, suspendida entre realidad y símbolo, constituye uno de los rasgos más característicos de la pintura de Sergio Sanz

Forma divisionista, fondo simbolista y un cromatismo austero y contenido son elementos sincrónicos, perfectamente imbricados en sus obras por unos pinceles manejados con certería y versatilidad, convertidos en talismanes de creación de imágenes, que sorprenden y cautivan.




BENITO DE DIEGO GONZÁLEZ
Miembro de la Asociaciones Internacional,
Española y Madrileña de Críticos de Arte
www.domusdidaci.blogspot.com.es

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